Conozca cómo se hizo el mayor mapa del delito del Perú

En nuestros días, la tecnología es imprescindible para diseñar y ejecutar estrategias contra la delincuencia. Aunque es una premisa repetida en todo el mundo, en el Perú aún hay comisarías que no están conectadas a Internet.

La información para tomar decisiones sobre seguridad es clave tanto para los ciudadanos como para las autoridades. En el 2016, un equipo del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) empezó a diseñar un sistema que contenga información cartográfica, datos estadísticos sobre la inseguridad y sobre las condiciones sociales, económicas y demográficas del Perú. El resultado fue llamado Data-Crim.

Durante un año, los informáticos, cartógrafos y estadistas de esta entidad diseñaron el sistema. Con un aporte no reembolsable de US$600 mil del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se compraron tres servidores, se contrataron consultorías y el sistema fue presentado públicamente en el 2017. Desde entonces, está en el ciberespacio y ahora alojado en la plataforma de este diario.

Todos los países cuentan, de alguna forma, con mapas del delito, pero no suelen ser de acceso público ni tienen información georreferenciada con el nivel de detalle del Data-Crim, explica el subdirector del INEI, Aníbal Sánchez. Él es uno de los responsables de que el proyecto se haya materializado.

En estos casi dos años, se han colgado más de un millón de datos estadísticos con la ubicación del lugar donde se cometieron los delitos.

Para lograrlo, desde el inicio el INEI contó con la colaboración del Sistema de Denuncias Policiales (Sidpol), que con cierta periodicidad da el detalle de las denuncias que reciben las comisarías del país. Los datos geolocalizados provienen de las denuncias presentadas desde el 2016 hasta el primer trimestre del 2019 y se seguirán alimentando.

El INEI también recibe información del Ministerio Público, de los expedientes del Poder Judicial y del Instituto Nacional Penitenciario (INPE). Hasta hace algunos años, la información estaba dispersa y contrastarla era un trabajo de largo aliento.

—Un mismo lenguaje—

El Data-Crim nos ayudará a saber si la calle por la que transitamos es segura o si, más bien, es una esquina predilecta para los ladrones; y las autoridades encuentran información valiosa para focalizar las intervenciones del Estado contra el crimen. Es una primera etapa.

En un segundo momento, la idea es que las mismas instituciones carguen su información directamente al sistema, explica Sánchez. Por ahora, la remiten periódicamente al INEI a falta de interoperabilidad, un concepto que quiere decir que los sistemas informáticos de la mayoría de entidades del país no conversan entre sí. “Cuando eso ocurra, el Perú dará un salto cualitativo”, afirma.

Con sistemas unificados, esta herramienta podría potenciar tecnológicamente a las comisarías. “Estas podrían subir a diario sus denuncias y así ver cómo va comportándose el delito en su jurisdicción”, dice Sánchez, quien esta semana explicará las virtudes del Data-Crim a funcionarios del Instituto Nacional de Estadística (INE) de Chile, que están interesados en tener un sistema similar.