PROMESA HECHA REALIDAD: LOS CENSOS NACIONALES 2017

El domingo 22 de octubre del año 2017, tuve el encargo y la enorme responsabilidad, como Jefe del INEI, de levantar los Censos Nacionales 2017. Han pasado dos años de aquel día y este esfuerzo nacional es ahora una realidad innegable y tangible. Tirios y troyanos, tras intensa bulla mediática y política, intentaron hacer fracasar tan grande operación estadística, pero no lo lograron. Que existieron errores, es innegable, pero superables, en tremenda actividad que significó conducir cerca de un millón de personas, surgieron inconvenientes, superados estos, allí están sus resultados al alcance de todos.
El 22 de octubre del 2017, se ejecutaron en todo el país los Censos Nacionales 2017: XII de Población, VII de Vivienda y III de Comunidades Indígenas, sus resultados y base de datos[1] son utilizados ampliamente en el país y en el extranjero. Se recogió información de 94 mil 922 centros poblados, en los 1874 distritos del país. El Censo incluyó 47 preguntas gravitantes, que reflejan los cambios estructurales del país en los últimos diez años. La población presente en el territorio nacional, el Día del Censo, ascendió a 31 Millones 237 mil 385 pobladores. Se logró una excelente cobertura de viviendas de 10 Millones 103 mil, que reflejó el impresionante crecimiento de 33,0% en el número de viviendas, en la última década. Pero la realidad nos dice que una cuarta parte de viviendas, están desocupadas, son de uso ocasional, o con ocupantes ausentes. La información ayuda a la prevención de riesgo de desastres, a la planificación urbana, la provisión de servicios básicos, la atención social de la población. Contiene abundante información de la realidad demográfica, social y económica del Perú. Me atrevo a decir, con fundamento, que sus resultados constituyen la línea de base del Bicentenario de la República, los datos estuvieron disponibles después de siete meses de concluido el Censo.

La tasa de omisión del Censo, medida con la Encuesta de Evaluación Post Censal, diseñada con el concurso de expertos nacionales e internacionales, indicó que el 5,94% de la población fue omitida. Dicha omisión, comparada con la de otros Censos de América Latina de la última década, es aceptable, e incluso baja para la registrada en otros países. Para la experimentada demógrafa Laura Rodríguez Wong, la tasa de omisión censal 2017, es razonablemente buena para un país como el Perú, de difícil geografía y con enorme movilidad espacial de su población. En Inglaterra, el Censo del 2015 tuvo una tasa de omisión censal de 6,0% y el Censo de Chile 2017, también 6,0%, nadie expresó alarma alguna. La tasa de omisión, fue homogénea en toda la geografía del país, y en la composición de la población. Allí donde se concentra más del 90% de la población, la omisión fluctuó entre 3,0% y 6,0%. Y en los espacios geográficos donde reside el 10,0% de la población, lugares de difícil acceso y población dispersa, de sierra y selva, la omisión fluctuó entre 6,0% y 10%. La omisión en el área urbana fue 5,3% y en el área rural 8,2%.

La calidad de los datos del Censo 2017, es otro aspecto a destacar, participaron cerca de un millón de peruanos, más del 80,0% de ellos con estudios superiores, la mayoría de 18 y más años de edad. La calidad de los datos se contrastó con los resultados de la Encuesta Nacional de Hogares 2017. Construyéndose así un índice de coincidencia estadístico. Los resultados fueron bastante robustos en los datos de edad, sexo, auto identificación étnica, estado civil, nivel de educación, lengua materna, discapacidad. Se llegó a un nivel de coincidencia superior al 90%. Tras exhaustiva revisión y comparación determinística, probabilística, en un meticuloso trabajo de comparabilidad, se verificó que la información del Censo 2017, fue de alta calidad. Los informes documentados de cobertura y calidad, están disponibles en la web del INEI.[2] Los resultados censales permiten caracterizar acertadamente a la población peruana. A pesar de la incomprensible bulla mediática y política, que, con otros intereses, buscó el fracaso de este esfuerzo nacional. Algunos Filisteos y Pilatos, clamaron: ¡¡Auditar el Censo!! Así lo hizo la Comisión de Fiscalización del Congreso de la República, también la Contraloría General de la República implementó sendas auditorías técnicas y administrativas, no encontrándose nada irregular.

Valiosos resultados

Los Censos Nacionales 2017, confirmaron la menor velocidad de crecimiento de la población, la tasa de crecimiento de 1,0%, disminuyendo en el último lustro. Menos niños y adolescentes, 26,4% de la población, por menor fecundidad. Aumento de las personas de 60 y más años, 11,9%, y el grueso de la población, el 61,7%, en plena capacidad de trabajo, ahorro e inversión, ventaja demográfica, que va a acompañarnos el próximo cuarto de siglo. La población se aglomera en la región costa, el 58%, allí donde se genera apenas el 2,0% del agua para vivir. En la ceja de selva y selva, la población aumentó en sus áreas más fértiles, representa el 13,9% de la población, y la sierra, va despoblándose perdiendo capacidades, solo 28% de la población peruana reside allí. Las cifras alertan de lo que hay por hacer para enfrentar los golpes de la naturaleza y el cambio climático. El 79,3% de la población vive en las ciudades, con grandes demandas de servicios y de mejores condiciones de vida, son algunos gravitantes resultados.

Mi homenaje a los peruanos que hicieron realidad el Censo 2017, a las autoridades de gobierno, en todo nivel, que brindaron todo el apoyo. Mención y homenaje especial a don Julio Kuroiwa, que dio todo su apoyo, a don Guillermo Lumbreras, a periodistas, congresistas, investigadores, artistas, que, sin mezquindad, lo apoyaron. A la familia peruana noble y tolerante, que abrió sus puertas al Censo. Críticas habrá, errores superados también, para esta enorme operación estadística en un Perú difícil. Allí están los resultados, para su aprovechamiento.

Por: Dr. Aníbal Sánchez Aguilar
Doctor en Economía