Dr. Aníbal Sánchez Aguilar
Subjefe del Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú (INEI).
Han pasado cerca de doce años del 15 de setiembre 2008, fecha en la cual uno de los más connotados bancos del mundo, el cuarto banco de inversión más grande de los Estados Unidos, el Lehman Brothers quebró, cayó como un castillo de naipes, cerrando más de siglo y medio de actividad, abriendo paso a una crisis financiera y económica mundial, que como un efecto dominó se esparció por el mundo entero, alcanzando a las economías más lejanas y cercanas, incluyendo a la economía peruana, pujante por dichos años, crecía a tasas cercanas al 8,0% anual, se derrumbó a un magro 1,0% de crecimiento económico, en el año 2009.
La crisis financiera mundial tuvo repercusiones negativas en las economías más avanzadas del mundo, Europa colapsó, como después de una guerra, y las medidas de rescate financiero fueron multimillonarias. Según el ex Presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernake, la crisis financiera 2008, fue la peor de la historia incluso superando a la gran depresión de finales de 1930. Generó recesión en el mundo entero, en el 2009 el PBI mundial cayó -1,7%, de Estados Unidos en -2,8%, México cerca de 5,0%, y Perú, repito, creció sólo 1,0%.
¿Qué es lo que ocasionó y cómo se afrontó la crisis?, La crisis del 2008, se inició con el colapso de las hipotecas subprime, por una sobrevaloración del precio de las viviendas (burbuja) en Estados Unidos, el sobre dimensionamiento de los créditos, hasta el límite en que había más viviendas que demandantes de ellas, los precios cayeron, en circunstancias que las tasas de interés aumentaban, generando una cadena de morosidad inevitable, los bancos que tenían la cartera de los activos perdieron liquidez, la crisis se esparció como mecha de pólvora, indetenible, el sistema financiero colapsó, y arrastró a todo el mundo, historia conocida.
¿Cómo se afrontó?, pues inyectando liquidez para evitar un colapso mayor, miles de millones de dólares en rescate financiero. Lo hizo la FED y los bancos centrales de diversos países del mundo. Bajó la tasa de interés, incluso se mantuvieron tasas de interés bajas por mucho tiempo, tras la histórica crisis, que generó recesión productiva, quiebra de empresas y miles de miles de empleos perdidos. La historia de la crisis financiera y mundial aún está presente en nuestras mentes, pero se salió de ella, y es enseñanza para lo que ahora enfrenta el mundo, un virus descontrolado que ha puesto a todos los países en aprietos y en alerta total.
Impactos del COVID 19
Hasta el día de ayer (27/03/2020), se habían registrado en el mundo, más de medio millón de personas afectadas y cerca de 26 mil muertos. El mundo está semiparalizado, China, centro de la pandemia, sentirá un fuerte impacto económico, se estima pueda perder al menos dos puntos porcentuales de su crecimiento económico. Es un shock de oferta y de demanda, muchas actividades paralizaron su producción, y la reactivación encontrará restricciones de insumos y menor demanda de productos terminados. Un indicador es la brusca caída del precio de las materias primas como el petróleo, cuyo precio OPEP ha caído en los últimos doce meses en 46,3%, ubicándose en US$ 26,54 el barril, y sigue bajando, lo cual afectará a las economías exportadoras de petróleo principalmente, por el efecto de menor demanda.
La Directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Giorgieva, señala (El Comercio 28/03/2020) que nos podríamos encontrar en una crisis incluso mayor que la del 2009, que para afrontar la recesión se requerirían al menos 2,5 billones de dólares, y cerca de 80 países ya solicitaron créditos para afrontar su situación interna. Será una gran prueba para los líderes del mundo, evidentemente requerirá de mucho liderazgo y medidas, incluso audaces, para elevar el gasto social, e inyectar recursos a la economía para sostener y salir de esta situación, además de colocar en estrés a los sistemas de salud de los países, en muchos casos con grandes limitaciones, hay que evitar que los más débiles sientan el mayor peso de esta pandemia, y sus consecuencias económicas y sociales.
La Secretaria Ejecutiva de CEPAL, Alicia Barcena, acaba de señalar, el 19 de marzo, en el Diálogo interamericano sobre el Coronavirus, que los países de América Latina y el Caribe, sufrirán duramente los efectos del COVID 2019, se verán afectados por diversos canales de transmisión, de oferta o demanda, por la interrupción de las cadenas de producción y disminución de la actividad económica, el turismo será muy golpeado, por cierto la exportación de materia prima, caída de precios, e interrupción de las cadenas de valor. El producto bruto regional, estima, caería en -1,8%, y evidentemente la pobreza aumentará.
Todos estos hechos nos dejan grandes lecciones para el Perú. En el 2010 se salió rápidamente de la crisis financiera mundial. En la actualidad se viene impregnando un liderazgo destacable, inyección de recursos a la economía y profundizando el gasto social, para atender a los más necesitados, y minimizar la pérdida de vidas. Se ha anunciado una inyección de 16 mil millones de soles, el 2,0% del PBI. El sector privado tiene mucho por aportar, se están postergando deudas y pagos de servicios, es una buena señal. Superada la emergencia, se requerirán programas de crédito masivo para elevar la demanda, y apuntalar el aparato productivo. La ciudadanía respetando la cuarentena, muestra gran sacrificio, es su gran aporte para salir de la crisis, ayuda a evitar más contagios y pérdidas.
Por cierto, se requieren voces serenas, y proscribir el terrorismo verbal que a veces tiene gran tribuna en muchos medios.